viernes, 20 de agosto de 2010
GERMAN PUERTA NUEVO PRESIDENTE RAC 2010-2012.
Germán Puerta Restrepo
Apreciados amigos de la astronomía
Luego de un aplaudido balance de actividades relacionadas por el Presidente saliente José Roberto Vélez, del que se subrayan por su trascendencia entre más ejecutorias la internacionalización efectiva de la RAC y la vasta programación del IYA 2009 en Colombia, con centenar y medio de participantes ha concluido exitosamente en Medellín el pasado fin de semana la Asamblea Anual y el XI Encuentro Nacional de la Red de Astronomía de Colombia RAC 2010, gracias al compromiso de los antioqueños y al soporte del bello e interesante Parque Explora de Medellín.
Como resultado de la Asamblea, esta vez se ha elegido nuevo Presidente de la RAC por dos años al Economista Germán Puerta, quien por años ha sido uno de los astrónomos más reconocidos de Colombia gracias a su invaluable labor como divulgador de la Astronomía y al alcance de sus novedosas propuestas para la modernización del Planetario de Bogotá que comprenden además del tema instrumental una oferta de servicios de gran impacto para hacer del centro un referente de interés científico de orden internacional.
El inolvidable evento RAC de la capital de la montaña, ha sido posible gracias al apoyo de un equipo de jóvenes pertenecientes al Planetario de Medellín, al Parque Explora, al Programa de Astronomía de la Universidad de Antioquia y a la Sociedad Julio Garavito, liderados y coordinados desde la Sociedad Antioqueña de Astrónomos por nuestros compañeros de faena Jorge Zuluaga, Carlos Escobar, Pablo Cuartas, León Jaime Restrepo y William Lalinde.
Queda entonces en la agenda el Decimosegundo Encuentro RAC aprobado para el año entrante en Barrancabermeja a solicitud de nuestro Vicepresidente Ronals Chinchilla Vélez, y un Plan de Acción como el que siempre ha reclamado el Secretario de la RAC Marino Guarín, entre otras acciones que ya están en curso.
Desde el OAM, Gonzalo Duque-Escobar / Ed. RAC 576
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales
PD: Este enlace para los interesados en las memorias y fotos del Encuentro RAC 2010 que se darán de alta en los próximos días: http://saastronomia.org/rac2010
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martes, 17 de agosto de 2010
UNA URGENCIA DEL ORDENAMIENTO URBANO
Por Gonzalo Duque Escobar *
Uno de los temas de ciudad que requiere consideración en Manizales, es el ordenamiento territorial con perspectiva regional y visión de futuro, para hacer coherente su desarrollo urbano con las urgencias de la planificación en el escenario del Eje Cafetero y la apertura de los mercados. Para el efecto definamos nuestra capital como una urbe de tamaño intermedio, condición mediterránea, ubicada en el trópico andino, y conurbada en la ecorregión cafetera de Colombia donde la ciudad región incluye varios centros urbanos menores con fortalezas fundamentales.
En lo interno, el examen de nuestra ciudad supone partir de algunos presupuestos, entre los cuales señalo dos: que su zona industrial oriental debe valorarse por su posición con respecto a los medios de transporte ubicados al occidente, y que su zona residencial de excelencia castiga sus atributos estéticos y paisajísticos con el paisaje de chimeneas. Y en lo externo, que mientras la urgencia de las megalópolis (el caso Bogotá) es alcanzar la competitividad internacional y el manejo de problemáticas de gran escala, y la urgencia de los pequeños poblados articularse a un centro urbano de relevancia, la premura de las ciudades intermedias, pequeñas como Manizales y Pereira o grandes como Medellín y Cali, es llegar a conformar una ciudad región, lo que se logra entre centros urbanos cercanos y de similar relevancia que complementen sus economías.
Esto es, ahora cuando las funciones urbanas no sólo se dan dentro de la ciudad sino también en la región sobre la cual ella ejerce su influencia, Manizales debe resolver las graves deficiencias estructurales de su modelo urbano buscando ordenar el territorio, para fortalecer su vocación industrial y académica y sortear con acierto los impactos crecientes de las dinámicas que se van dando al ritmo de los hechos metropolitanos que la alcanzan, primero por la mayor proximidad suya a Pereira y Armenia gracias a la Autopista del Café, y mañana por la posición media del conjunto sobre el eje de desarrollo Cali-Medellín, gracias al avance de las autopistas en el Valle del Cauca y al brazo sur de las Autopistas de la Montaña que nos unirá con Medellín.
Ahora, cuando empieza a conurbarse el occidente del país, de conformidad con lo que señala la nueva planeación urbana para las ciudades intermedias estas capitales deben integrarse hacia adentro y hacia afuera, para no palidecer; y la forma de hacerlo es complementando sus economías para no sufrir procesos de vaciado causados al competir entre sí y ejercidos por las economías de los centros urbanos que ya se acercan: así las cosas, nuestras capitales cafeteras deberán fortalecerse en competencias diferentes y complementarias, como son: la industrial en Manizales y la comercial en Pereira, para sacar ventaja en el eje Cali-Medellín.
Ahora, si el futuro de Manizales pasa por el desarrollo de su sector industrial soportado en la articulación de actividades de investigación y desarrollo tecnológico con la academia y el SENA, igualmente la ciudad deberá crear condiciones excepcionales para los industriales orientando esfuerzos tributarios para los sectores productivos estratégicos más vulnerables, aprovechando ventajas culturales y naturales del territorio, como un Aerocafé grande que tenga “bancabilidad” por ser necesario para las industrias afines al carácter mediterráneo de nuestro territorio y la de nuestra condición de centro económico de Colombia, y corrigiendo los desaciertos de un ordenamiento territorial ambientalmente conflictivo donde la zona residencial más costosa de Manizales avanza sobre el paisaje contaminado propio de una zona industrial que ha tardado en emprender acciones encaminadas a la mayor competitividad donde impera la producción limpia.
En virtud de los retos propios de la apertura, la ANDI conoce las industrias que le generan a la ciudad mayores beneficios, los sectores amenazados por la competencia en virtud de su precario nivel tecnológico, y las empresas que deben emprender acciones ambientalmente vitales. Y en relación con el ordenamiento territorial, si bien la industria colombiana tiene un marcado carácter urbano de tipo mediterráneo como resultado de un proceso de industrialización endógena que quiso sustituir importaciones, y que las zonas destinadas a dicha actividad en Manizales no se protegieron de otros usos conflictivos del suelo que llegaron para acomodar las demás funciones urbanas, antes de buscar los nuevos escenarios urge resolver en el ordenamiento existente esta situación con herramientas de fondo, como en el caso de la cuenca de la quebrada Manizales para no perder en lo que tenemos construido, la única zona industrial apta de la ciudad y consecuente con su carácter.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-08-16]
* http://www.galeon.com/gonzaloduquee
Uno de los temas de ciudad que requiere consideración en Manizales, es el ordenamiento territorial con perspectiva regional y visión de futuro, para hacer coherente su desarrollo urbano con las urgencias de la planificación en el escenario del Eje Cafetero y la apertura de los mercados. Para el efecto definamos nuestra capital como una urbe de tamaño intermedio, condición mediterránea, ubicada en el trópico andino, y conurbada en la ecorregión cafetera de Colombia donde la ciudad región incluye varios centros urbanos menores con fortalezas fundamentales.
En lo interno, el examen de nuestra ciudad supone partir de algunos presupuestos, entre los cuales señalo dos: que su zona industrial oriental debe valorarse por su posición con respecto a los medios de transporte ubicados al occidente, y que su zona residencial de excelencia castiga sus atributos estéticos y paisajísticos con el paisaje de chimeneas. Y en lo externo, que mientras la urgencia de las megalópolis (el caso Bogotá) es alcanzar la competitividad internacional y el manejo de problemáticas de gran escala, y la urgencia de los pequeños poblados articularse a un centro urbano de relevancia, la premura de las ciudades intermedias, pequeñas como Manizales y Pereira o grandes como Medellín y Cali, es llegar a conformar una ciudad región, lo que se logra entre centros urbanos cercanos y de similar relevancia que complementen sus economías.
Esto es, ahora cuando las funciones urbanas no sólo se dan dentro de la ciudad sino también en la región sobre la cual ella ejerce su influencia, Manizales debe resolver las graves deficiencias estructurales de su modelo urbano buscando ordenar el territorio, para fortalecer su vocación industrial y académica y sortear con acierto los impactos crecientes de las dinámicas que se van dando al ritmo de los hechos metropolitanos que la alcanzan, primero por la mayor proximidad suya a Pereira y Armenia gracias a la Autopista del Café, y mañana por la posición media del conjunto sobre el eje de desarrollo Cali-Medellín, gracias al avance de las autopistas en el Valle del Cauca y al brazo sur de las Autopistas de la Montaña que nos unirá con Medellín.
Ahora, cuando empieza a conurbarse el occidente del país, de conformidad con lo que señala la nueva planeación urbana para las ciudades intermedias estas capitales deben integrarse hacia adentro y hacia afuera, para no palidecer; y la forma de hacerlo es complementando sus economías para no sufrir procesos de vaciado causados al competir entre sí y ejercidos por las economías de los centros urbanos que ya se acercan: así las cosas, nuestras capitales cafeteras deberán fortalecerse en competencias diferentes y complementarias, como son: la industrial en Manizales y la comercial en Pereira, para sacar ventaja en el eje Cali-Medellín.
Ahora, si el futuro de Manizales pasa por el desarrollo de su sector industrial soportado en la articulación de actividades de investigación y desarrollo tecnológico con la academia y el SENA, igualmente la ciudad deberá crear condiciones excepcionales para los industriales orientando esfuerzos tributarios para los sectores productivos estratégicos más vulnerables, aprovechando ventajas culturales y naturales del territorio, como un Aerocafé grande que tenga “bancabilidad” por ser necesario para las industrias afines al carácter mediterráneo de nuestro territorio y la de nuestra condición de centro económico de Colombia, y corrigiendo los desaciertos de un ordenamiento territorial ambientalmente conflictivo donde la zona residencial más costosa de Manizales avanza sobre el paisaje contaminado propio de una zona industrial que ha tardado en emprender acciones encaminadas a la mayor competitividad donde impera la producción limpia.
En virtud de los retos propios de la apertura, la ANDI conoce las industrias que le generan a la ciudad mayores beneficios, los sectores amenazados por la competencia en virtud de su precario nivel tecnológico, y las empresas que deben emprender acciones ambientalmente vitales. Y en relación con el ordenamiento territorial, si bien la industria colombiana tiene un marcado carácter urbano de tipo mediterráneo como resultado de un proceso de industrialización endógena que quiso sustituir importaciones, y que las zonas destinadas a dicha actividad en Manizales no se protegieron de otros usos conflictivos del suelo que llegaron para acomodar las demás funciones urbanas, antes de buscar los nuevos escenarios urge resolver en el ordenamiento existente esta situación con herramientas de fondo, como en el caso de la cuenca de la quebrada Manizales para no perder en lo que tenemos construido, la única zona industrial apta de la ciudad y consecuente con su carácter.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-08-16]
* http://www.galeon.com/gonzaloduquee
lunes, 2 de agosto de 2010
EL ESCENARIO PROACTIVO DE AEROCAFÉ
Por Gonzalo Duque-Escobar *
Permítanme estas consideraciones sobre el Aeropuerto del Café que se construye en Palestina, a 1350 m sobre el nivel del mar y equidistante entre Pereira y Manizales, donde los argumentos que daré sobre los beneficios del proyecto permitirán concluir que la obra debió financiarse con capital privado y estarán condicionados a que su pista logre extenderse hasta 3600 m de longitud. Si bien la inversión en infraestructura no es inflacionaria, debe establecerse que si el transporte aéreo competitivo termina siendo motor de desarrollo económico, contrariamente el transporte rural suele tener un efecto más profundo como catalizador de la pobreza.
Lo anterior para aclarar que las significativas bondades que mostraré de Aerocafé, no justifican que se haya optado por priorizar el gasto público en infraestructura productiva frente al que demandan las necesidades de desarrollo humano en la región; y segundo, para subrayar que, dado el impacto positivo sobre el empleo generado por puertos y aeropuertos, sin estos las ciudades mediterráneas como las del Eje Cafetero difícilmente pueden desarrollar su industria de valor agregado.
Posiblemente, el desafío que demanda la construcción de la obra en Palestina por la complejidad de los terraplenes donde se amerita la investigación geotécnica, y el mayor valor del proyecto que se obtuvo al actualizar sus costos después de varios años, son variables que seguirán gravitando hasta su desarrollo final dadas las dificultades que enfrenta el proyecto por no haberse consolidado entre los ciudadanos del Eje Cafetero una visión acorde a sus potencialidades. Aquí pesa la barrera que surge de la precaria identidad regional como factor que ha impedido su concertación entre los actores políticos y empresariales, y afectan las decisiones los modelos de planificación racional que desconocen las dinámicas urbanas que van consolidado la ciudad región, por lo que las acciones en materia de inversiones para el desarrollo exponen a estas capitales cafeteras que deberían complementar sus economías, a competir entre sí para ir palideciendo como consecuencia de fenómenos de vaciado interno, e incluso como efecto de hechos metropolitanos sobre el Eje Cafetero en su conjunto generados desde Cali y Medellín como nuevos escenarios que interactúan.
Como prueba de que la región cafetera no tiene competitividad aérea con los actuales aeropuertos, y de que una pista larga en Palestina es la clave, basta comparar los impactos del aeropuerto de Rionegro con los de Matecaña o Santa Ana: a pesar de las precarias condiciones asociadas a la nubosidad de esa región antioqueña, a su mayor altitud, y a una oferta ambiental más monótona que la nuestra, con el José María Córdoba en 2008 el metro cuadrado de tierra en Rionegro alcanza valores pico de $7 millones, se observan cultivos de flores inundando el valle de San Nicolás, en pocos lustros el entorno adquiere un notable desarrollo y el poblado del “Héroe de Ayacucho” crece hasta superar los 100 mil habitantes.
Y mientras en Colombia, donde la mayoría de aeródromos operan con la ciudad encima y sólo cumplen los aeropuertos de Cali y Barranquilla, entraría Aerocafé con ventajas cuando opere con pista larga, ofreciendo tarifas de pasajero y carga más competitivas, que las de Antioquia y Bogotá: un Jumbo que podrá despegar de Palestina con 112 mil libras, solamente levanta 75 mil libras en el aeropuerto de Rionegro. También, desde Aerocafé, por su ubicación de privilegio en el centro de Colombia, se podría establecer un centro de convergencias aéreas alterno a El Dorado, dada su limitación por los 2550 m de altitud, puesto que un Jumbo que sale de Bogotá “full carga” apenas levanta hasta 83 mil libras y además debe hacer escala para tomar combustible en Guayaquil o en Caracas.
Así las cosas, la propuesta es otra: reformulemos los instrumentos de desarrollo de los municipios vecinos para adecuarlos a los impactos de Aerocafé para incluir la reconversión de los procesos productivos, mediante la articulación del sector académico y empresarial para aprovechar las nuevas condiciones de desarrollo en agroindustria, flores, confecciones y artefactos de alto valor agregado, turismo y otros servicios. Por ejemplo, dadas las dinámicas asociadas a un seguro crecimiento urbano de Chinchiná, se deberá transformar su actual estructura de conglomerado urbano en ciudad intermedia, para convertirla en un escenario de oportunidades, pues en 25 años su población podría crecer en 50 mil habitantes, lo mismo que crecería Manizales.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-07-30] * http://www.galeon.com/gonzaloduquee
Permítanme estas consideraciones sobre el Aeropuerto del Café que se construye en Palestina, a 1350 m sobre el nivel del mar y equidistante entre Pereira y Manizales, donde los argumentos que daré sobre los beneficios del proyecto permitirán concluir que la obra debió financiarse con capital privado y estarán condicionados a que su pista logre extenderse hasta 3600 m de longitud. Si bien la inversión en infraestructura no es inflacionaria, debe establecerse que si el transporte aéreo competitivo termina siendo motor de desarrollo económico, contrariamente el transporte rural suele tener un efecto más profundo como catalizador de la pobreza.
Lo anterior para aclarar que las significativas bondades que mostraré de Aerocafé, no justifican que se haya optado por priorizar el gasto público en infraestructura productiva frente al que demandan las necesidades de desarrollo humano en la región; y segundo, para subrayar que, dado el impacto positivo sobre el empleo generado por puertos y aeropuertos, sin estos las ciudades mediterráneas como las del Eje Cafetero difícilmente pueden desarrollar su industria de valor agregado.
Posiblemente, el desafío que demanda la construcción de la obra en Palestina por la complejidad de los terraplenes donde se amerita la investigación geotécnica, y el mayor valor del proyecto que se obtuvo al actualizar sus costos después de varios años, son variables que seguirán gravitando hasta su desarrollo final dadas las dificultades que enfrenta el proyecto por no haberse consolidado entre los ciudadanos del Eje Cafetero una visión acorde a sus potencialidades. Aquí pesa la barrera que surge de la precaria identidad regional como factor que ha impedido su concertación entre los actores políticos y empresariales, y afectan las decisiones los modelos de planificación racional que desconocen las dinámicas urbanas que van consolidado la ciudad región, por lo que las acciones en materia de inversiones para el desarrollo exponen a estas capitales cafeteras que deberían complementar sus economías, a competir entre sí para ir palideciendo como consecuencia de fenómenos de vaciado interno, e incluso como efecto de hechos metropolitanos sobre el Eje Cafetero en su conjunto generados desde Cali y Medellín como nuevos escenarios que interactúan.
Como prueba de que la región cafetera no tiene competitividad aérea con los actuales aeropuertos, y de que una pista larga en Palestina es la clave, basta comparar los impactos del aeropuerto de Rionegro con los de Matecaña o Santa Ana: a pesar de las precarias condiciones asociadas a la nubosidad de esa región antioqueña, a su mayor altitud, y a una oferta ambiental más monótona que la nuestra, con el José María Córdoba en 2008 el metro cuadrado de tierra en Rionegro alcanza valores pico de $7 millones, se observan cultivos de flores inundando el valle de San Nicolás, en pocos lustros el entorno adquiere un notable desarrollo y el poblado del “Héroe de Ayacucho” crece hasta superar los 100 mil habitantes.
Y mientras en Colombia, donde la mayoría de aeródromos operan con la ciudad encima y sólo cumplen los aeropuertos de Cali y Barranquilla, entraría Aerocafé con ventajas cuando opere con pista larga, ofreciendo tarifas de pasajero y carga más competitivas, que las de Antioquia y Bogotá: un Jumbo que podrá despegar de Palestina con 112 mil libras, solamente levanta 75 mil libras en el aeropuerto de Rionegro. También, desde Aerocafé, por su ubicación de privilegio en el centro de Colombia, se podría establecer un centro de convergencias aéreas alterno a El Dorado, dada su limitación por los 2550 m de altitud, puesto que un Jumbo que sale de Bogotá “full carga” apenas levanta hasta 83 mil libras y además debe hacer escala para tomar combustible en Guayaquil o en Caracas.
Así las cosas, la propuesta es otra: reformulemos los instrumentos de desarrollo de los municipios vecinos para adecuarlos a los impactos de Aerocafé para incluir la reconversión de los procesos productivos, mediante la articulación del sector académico y empresarial para aprovechar las nuevas condiciones de desarrollo en agroindustria, flores, confecciones y artefactos de alto valor agregado, turismo y otros servicios. Por ejemplo, dadas las dinámicas asociadas a un seguro crecimiento urbano de Chinchiná, se deberá transformar su actual estructura de conglomerado urbano en ciudad intermedia, para convertirla en un escenario de oportunidades, pues en 25 años su población podría crecer en 50 mil habitantes, lo mismo que crecería Manizales.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-07-30] * http://www.galeon.com/gonzaloduquee