miércoles, 28 de octubre de 2009
Los filósofos de la educación. Reflexiones de los pedagogos colombianos
Fuente imágen: www.encuentos.com
Las falencias de la enseñanza motivaron a un grupo de investigadores a discutir soluciones para formar estudiantes afectivamente sanos. La soledad y el consumismo infantil, sus mayores preocupaciones.
Por: Mariana Suárez Rueda
El Espectador domingo 18 de octubre de 2009
En el país ideal, los niños y jóvenes saltarían de emoción cada vez que tuvieran que levantarse para ir a estudiar, tendrían largas charlas con sus padres sobre sus problemas y preocupaciones, aprenderían, además de conceptos, valores y herramientas para enfrentarse a la competitividad del mundo actual. Las armas y los cuchillos no se esconderían entre los lockers y las maletas, el acoso escolar sería un chiste de pasillo y la tecnología el mecanismo ideal para mantenerlos atentos durante las clases, al tiempo que desarrollan sus habilidades cognitivas.
Sin embargo, en Colombia la escuela está lejos de ser el lugar en el que los estudiantes, de la mano de sus maestros, reflexionen sobre la realidad y trabajen por construir una sociedad mejor que ésta en que viven. Aquí las aulas son el reflejo de la violencia y las agudas problemáticas sociales del país.
Preocupados porque el Estado está más pendiente de los resultados de las pruebas que miden la calidad educativa de los colegios y universidades, que de la formación intelectual y afectiva de los estudiantes, un grupo de reconocidos pedagogos, psicólogos y académicos, inmersos en el mundo de la educación, decidieron conformar una institución mediante la cual pudieran discutir y formular soluciones para que lo que se enseñe en la escuela realmente responda a las necesidades de los educandos.
Se trata de la Academia Colombiana de Pedagogía y Educación, una entidad que ya lleva cuatro años funcionando, pero que apenas ahora comienza a visibilizarse, gracias a los trabajos investigativos de sus miembros, entre los que se destaca el decano de la Facultad de Educación de la Universidad Javeriana, Rafael Campo, quien preside la organización. Todos los meses este grupo de activistas intelectuales se reúne para abordar los temas más álgidos y que más preocupan a padres y docentes: el aumento en el índice de suicidios, juveniles, la violencia escolar, las falencias en los sistemas e evaluación y el desencanto de los estudiantes por el colegio, entre otros.
Aunque sus discusiones resultan sumamente valiosas, pues algunos como Néstor Bravo están vinculados en proyectos de la Unesco, o como Andrés Gaitán, quien preside la Asociación Colombiana de Educación Preescolar, participan en la formulación de estrategias para la primera infancia, hasta ahora solamente han podido lanzar mensajes de alerta, pero los cambios de fondo en la educación del país aún no han podido realizarse, la academia todavía no tiene la fuerza suficiente para incidir en las políticas elaboradas por el Ministerio de Educación o en las concepciones de enseñanza de las instituciones privadas.
Sin embargo, su labor crítica ha comenzado a hacer mella y las voces de algunos de sus integrantes como la del psicólogo Miguel de Zubiría, obsesionado con el problema de la soledad y la depresión en niños jóvenes, cada mes se escuchan más en los medios de comunicación y los foros para padres.
Aunque este grupo de intelectuales sabe que tiene el reto de propender por una enseñanza enfocada en el estudiante como ser integral, también es consciente de que sólo de la mano de los padres, los docentes y los gobernante podrán realmente asegurar un cambio y contribuir a que las futuras generaciones sean más felices.
Niños cada vez más solos
Los miembros de la Academia Colombiana de Pedagogía reconocen que la composición de la familia ha cambiado y por eso hoy los niños están más solos que antes. En los estratos altos este grupo de pedagogos observa que las nanas y los conductores se han convertido en el modelo de los menores y la televisión y el computador en sus grandes compañeros. En los estratos bajos, la situación es diferente, pues las familias son más numerosas. Sin embargo, es la población más vulnerable a la violencia sexual, física y emocional.
¿Enemigos de la tecnología?
Hoy se está hablando de un nuevo concepto que pretende responder a la entrada de la tecnología en las aulas, la pedagogía tecnológica. Con esta noción se busca que los docentes adquieran herramientas para convertir a internet, los videojuegos y algunos software en elementos de enseñanza. El psicoanalista Guillermo Carvajal explica que el inconveniente de este fenómeno es el consumismo enfermizo que se ha apoderado de los menores. Cada vez los niños exigen más cosas, tienen que tener el último juguete o de lo contrario se frustran, lo que contribuye a que se formen como personas incapaces de tolerar los fracasos.
Agresividad en la escuela
Desafortunadamente, en nuestro país la escuela se ha convertido en el reflejo de lo que sucede en el ambiente sociocultural en el que vive el menor. Los integrantes de la Academia Colombiana de Pedagogía han podido detectar que la agresividad que genera la violencia de los videojuegos y la televisión, al igual que los fenómenos como el desplazamiento, las pandillas juveniles y las familias disfuncionales han exacerbado los niveles de excitación de niños y jóvenes volviéndolos más agresivos. Néstor Bravo, consultor de la Unesco, explica que a diferencia de nuestro país, en las naciones desarrolladas la escuela es un escenario de reflexión, en el que los niños se siente “a salvo” de los problemas que rodean su entorno familiar y social, y en donde los maestros los guían para construir una sociedad mejor a la que viven.
¿Infancia abandonada?
A pesar de los esfuerzos del Estado por desarrollar una política que responda a las necesidades de la primera infancia, para el pedagogo Giovanni IA Francesco no se ha hecho lo suficiente, “la mitad de la población del país no tiene acceso a la educación preescolar”. A esto se suma un preocupante fenómeno, los niños están aburridos en la escuela. Hay un divorcio entre la realidad que viven y los contenidos que les enseñan, pues lo que aprenden es de memoria y no para la vida. Por eso, advierte Francesco, es que cuando llegan a once grado están desesperados por obtener su diploma y entrar a la universidad, en donde confían que podrán aprender lo que necesitan para desenvolverse en la sociedad.
Lecciones para padres
Rafael Campo, decano de Educación de la Universidad Javeriana, cree que los padres deben preocuparse porque sus hijos desarrollen un proyecto de vida, una dimensión afectiva, ética y moral. Pero además, considera necesario que se recupere la espiritualidad en el interior de las familias, con el fin de fomentar la cultura ciudadana y lograr que los menores aprendan a convivir en sociedad. Es importante que los padres se comuniquen con sus niños, escuchen sus preocupaciones sin pretender convertirse en sus amigos y sin solucionarles sus problemas, de lo contrario lo que están haciendo es formar individuos inválidos intelectualmente, concluyó Campo.
Suicidio y depresión
En las generaciones pasadas la represión era un imperativo de la educación en las escuelas y los hogares. Hoy, esa tendencia es distinta y los menores gozan de exceso de libertad. Algunos lo tienen todo, pero en su interior se sienten solos, producto de la ausencia de sus padres, y otros padecen la crueldad de la violencia de sus progenitores y del ambiente en el que les tocó crecer. Lo cierto, según los miembros de Academia de Pedagogía, es que las nuevas generaciones son menos felices y más suicidas, la depresión y la soledad se han vuelto una constante en sus vidas y la única salida, según el psicólogo Manuel de Zubiría, es que los padres y la sociedad se unan para enfrentar el problema.
El origen de la Academia
En febrero de 2005, nació la Academia Colombiana de Pedagogía y Educación, una institución conformada por un reconocido grupo de investigadores y docentes que se reúnen mensualmente para discutir las problemáticas que giran en torno al aprendizaje y la enseñanza en nuestro país.
Se trata de un espacio de diálogo en el que se abordan problemas de la educación y las falencias de la labor de los maestros.
Actualmente, los miembros son: el psicólogo Miguel de Zubiría, experto en temas de depresión y suicidio; el psicoanalista de niños y adolescentes Guillermo Carvajal; el matemático Andrés Gaitán, presidente de la Asociación Colombiana de Educación Preescolar, el economista Francisco Cajiao, asesor del Ministerio de Educación; el biólogo Giovanni IA Francesco; el sicólogo Rafael Campo, decano de la facultad de Educación de la Universidad Javeriana; el docente Germán Pilonieta; el asesor de la Unesco Néstor Bravo y el investigador universitario Nelson López.
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