lunes, 29 de marzo de 2021

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COLOMBIA, ¿UN PAÍS POBRE?



 Por: Claudia Torres Arango

En muchas oportunidades se escucha decir, que Colombia no puede hacer algo porque es un país pobre. ¿Será acaso cierta esta afirmación?, a simple vista podemos decir que es una premisa falsa. Para empezar, la pobreza rural ronda fértiles campos de la patria, donde el campesino no tiene derecho a la tierra; es el caso en los siete escenarios agropecuarios más feraces del país: Valle del Cauca, valle del Magdalena, región Sinú-San Jorge, Altiplano cundiboyacense, región de Túquerres e Ipiales, la alta cordillera entre Sonsón y Vista Hermosa y la zona cafetera.

Miremos en primera instancia su posición geográfica intertropical: el país ubicado en la región noroccidental de América del Sur, con una superficie de 2.129.748 km², conformada por territorio continental (55%) y aguas marítimas (45%), lo que incluye la isla de Malpelo, el cayo Roncador y el banco Serrana, es el vigesimosexto país más grande del mundo y el séptimo más grande de América.

La Constitución política en el artículo 101 al establecer los límites del país, dice que “son parte de Colombia, el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el segmento de la órbita geoestacionaria, el espectro electromagnético y el espacio donde actúa”. La órbita geoestacionaria, espacio circular sobre el ecuador a 35.786 kilómetros de distancia de la superficie de la Tierra (a 42.164 km desde el centro de la Tierra), es importante porque allí, un objeto orbitando en el mismo sentido que la rotación de la Tierra, por mantenerse inmóvil sobre el cielo, ofrece ventajas para los satélites artificiales de comunicación y televisión.

Y en el subsuelo, riquezas sin cuento, como en los cuentos de hadas… Vale la pena recordar que de los países de América del Sur, Colombia es el único que tiene costas en el océano Pacífico y acceso al Atlántico a través del mar Caribe, donde posee diversas islas como el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El país se ubica en la latitud norte 12º 27´46" de y 4º 13´ 30" de latitud sur, en la zona intertropical. Si discurren por el país la cordillera de los Andes y la llanura Amazónica, quiere esto decir que el territorio está bendecido por todos los pisos térmicos, si tenemos en cuenta que el relieve se constituye en un factor modificador del clima de la mayor importancia, sobre todo en la zona intertropical.

 

Higrología

En cuanto a la higrología Colombia que tiene acceso al 46,7% del continente Suraméricano con las cuencas del Orinoco y Amazonas, posee cinco vertientes hidrográficas: la del Pacífico, la del Caribe, la del Catatumbo y la Amazónica. Las vertientes son aquél espacio territorial que agrupan los sistemas de drenaje de los ríos, que vierten sus aguas en un mismo destino, como puede ser un océano, el mar, un lago o un río. El relieve de Colombia hace que los ríos corran en distintas direcciones: unos hacia el Pacífico, otros hacia el Caribe y unos pocos hacia el golfo de Maracaibo, en Venezuela. Los ríos más largos corren por las llanuras orientales hasta desaguar en el Orinoco y en el Amazonas. En el Macizo colombiano nacen los ríos MagdalenaCaucaPatía y Caquetá; en la Sierra Nevada de Santa Marta nacen ríos como el Don Diego, el Ranchería y el Dibulla, los cuales desembocan en el mar Caribe y conforman la vertiente del Caribe, forma parte de esta vertiente El río Atrato, uno de los más caudalosos del mundo con respecto al tamaño de su cuenca.

En el Nudo de los Pastos nacen los ríos que conforman la vertiente del Pacífico, en ella el río San Juan es el más caudaloso, y el río Patía es el que mayor longitud, con respecto a las otras vertientes del Pacífico en América del Sur. El río Amazonas y el río Orinoco forman la vertiente Amazónica, la cual posee un área de 670.000 km². El río Orinoco se nutre de los ríos que provienen de los Llanos Orientales. La vertiente Amazónica se conforma por ríos selváticos caudalosos, debido a la alta pluviosidad de la zona, los cambios en los caudales se deben a las variaciones estacionales. La vertiente del Catatumbo tiene una extensión de 18.500 km², conformada por el río Catatumbo que desemboca en el lago de Maracaibo en Venezuela, forman parte de esta vertiente los ríos Zulia, SardinataTáchira y Cucutilla. Hay que tener además en cuenta las ciénagas y lagunas en Colombia que se encuentran ubicadas en las cordilleras. Las ciénagas más extensas se encuentran en la Llanura del Caribe.

Pero sobre todo lo anterior llama la atención la problemática de la gran cuenta Cauca-Magdalena que, con el 24% del territorial continental, concentra el 70% de la población y 75% del PIB, dado que con una tasa de erosión que cuadruplica las tasas del Orinoco y Amazonas, al estar vertiendo 150 millones de toneladas de sedimentos al mar, un tercio por la vía del Cauca y 2 tercios por la del Magdalena, ha reducido al 10% la pesca en los últimos 30 años, a pesar de haberse constituido desde entonces Cormagdalena, al tiempo que por las aguas turbias se han blanqueado el 80% de los corales entre la bahía de Cartagena y la ciénaga Grande de Santa Marta.

Todo lo anterior por una degradación asociada a la deforestación relacionada con la pérdida del 80% de 7 millones de hectáreas de bosques de niebla, del 92% de similar extensión de los bosques secos, y la pérdida del 99,6% de 12 millones de hectáreas de guadua, todo lo anterior en 200 años de existencia de la República. Se añade que, a la Depresión Momposina, además de las aguas contaminadas de los grandes medios urbanos de la región andina, también llega la contaminación de las aguas que se vierten con mercurio en 1200 minas de aluvión que consumen cerca de 150 toneladas anuales del letal metal, 50 de ellas provenientes del bajo Cauca. El patrimonio hídrico de Colombia se ve amenazado por la deforestación, la extracción ilegal de minerales y cultivos ilícitos que contaminan sus aguas. A pesar de que los últimos tienen un potencial en la nutrición y en la farmacología, por estudiar y aprovechar.

 

Minerales

En Colombia donde el Estado y los ciudadanos son los dueños del subsuelo, el derecho a explorar y explotar los recursos naturales se hace a través de títulos que otorga la Agencia Nacional Minera. De 114 millones de hectáreas del país minero, el 5% está titulado: se trata 9.600 títulos para 312 minerales diferentes, donde los más explotados son materiales de construcción 57%, carbón 17%, metales preciosos 11%, calizas 5%, minerales industriales 4%, piedras preciosas 4% y metales no preciosos 2%; visto lo anterior Colombia que aún es el país del “Dorado” y donde la extracción de oro suma cerca de 50 toneladas anuales, el nivel de la tenencia de títulos está concentrada en el 68%, mientras que los títulos en personas naturales solo es el 32% restante. Y en cuanto a regalías hay una inequidad, que se subraya con el caso del oro y la sal, dado que la segunda paga más regalías que el oro, metal que incorpora bajo riesgo en su explotación, tiene bajos encadenamientos, si entre 2012 y 2019 las exportaciones sumaron 18 mil millones de dólares y tan sólo pagaron 500 millones, habría que establecer una tarifa diferencial más alta, por ejemplo del 4% para las pequeñas explotaciones y 12 % para las grandes, pero con un índice variable  que contemple las dramáticas oscilaciones del precio.

Finalmente, si uno de los problemas de la minería aurífera de socavón, es la presión sobre los páramos, en el caso del petróleo el fracturamiento hidráulico lo es, porque quedan solo seis años de reservas convencionales, razón por la cual el país pareciera que contempla aventurarse en esta materia. Adicionalmente, el carbón, que contribuye con el petróleo en la proporción uno a dos con el 47% de las exportaciones del país, tampoco escapa a la problemática ambiental, ya por el riesgo que caracteriza las explotaciones artesanales dadas las condiciones precarias en que se desarrolla la actividad, ya por el tema ambiental relacionado con los conflictos del agua en las megamineras, caso El Cerrejón con las comunidades wayuu.

                                                                                                                                                                                                                                                                                          

Biodiversidad

En los diferentes ecosistemas del país se encuentra el número más grande de especies por unidad de área en el planeta haciendo de Colombia el segundo país más biodiverso del mundo, después de Brasil contando con 56.343 especies registradas en 2016; no obstante, un estudio lo ubica entre los ocho países responsables de la mitad de la destrucción de biodiversidad en el mundo, en América Latina es el que tiene más conflictos ecológicos entre la población local y empresas multinacionales en áreas de especial protección ambiental.

Siendo Colombia un país de tamaño intermedio, posee entre 45.000 o 55.000 de especies de plantas, de ellas un tercio son endémicas, una cifra muy alta si se compara con Brasil, que posee 55.000 y con el África, sub-Sahariana que tiene cerca de 30.000 especies. Colombia es primero en variedad de orquídeas y de aves. Somos también los segundos en plantas, anfibios, mariposas y peces dulceacuícolas, terceros en palmas y reptiles y cuartos en mamíferos, y quinto en especies de primates. En el mar Caribe existe gran diversidad de arrecifes de coral, praderas de pastos marinos, manglares, fondos blandos, playas y estuarios que alimentan cientos de especies de fauna y flora.

En sus seis regiones naturales Amazonia, Orinoquía, Caribe, Pacífico e Insular de pequeña proporción, la Andina soporta la mayor proporción de la población del país. Con el 60% de los páramos existentes en el planeta, y cerca de 31.700 humedales, con sus 59 áreas protegidas a nivel nacional la biodiversidad está en riesgo en 38 de 81 ecosistemas por factores antrópicos, que los contaminan y destruyen, comprometiendo el enorme potencial del país y el patrimonio de las futuras generaciones, no sólo por la venta ilegal de madera, deforestación, expansión de la frontera agrícola, usos de agroquímicos que contaminan suelos y aguas por vertimientos, además de los megaproyectos de infraestructura, de cultivos ilícitos, minería ilegal y expansión de la frontera agrícola, lo que se traduce en las huellas hídrica y ecológica, cuya consecuencias son los desastres y la pobreza de las comunidades.

Se piensa que uno de los problemas de Colombia es la corrupción, al respecto existe un Índice de Percepción de la Corrupción-IPC de Transparencia Internacional, en donde por medio de encuestas, análisis de datos y entrevistas a expertos, se clasifica y se da un puntaje a un país o territorio. Para 2020 Transparencia Internacional ubicó a Colombia IPC 2020 en el puesto 39 sobre 100 puntos, donde 0 significa corrupción muy elevada y 100, ausencia de corrupción. En este informe Colombia ocupa el puesto 92 entre 180 países, la calificación por debajo de 50 puntos indica niveles de corrupción muy serios en el sector público de un país.

Parece existir una correlación entre la corrupción y la pobreza de los habitantes. Si se observa el informe de transparencia internacional, los países con mayor corrupción, están ubicado en zonas del mundo con grandes recursos naturales, pero se consideran pobres, además con Estados débiles, entonces se puede concluir que la corrupción genera pobreza e inequidad en los países, porque es claro que no todos son pobres, sino que la riqueza se concentra en unos pocos. Siendo Colombia un país rico, un largo camino se debe recorrer para alcanzar el desarrollo, es decir, crecimiento y desarrollo bienestar para toda la población.

*Socia SMP y Profesora del Contexto de CTS de la U.N. de Colombia. Portada: Mapa de Ecosistemas de Colombia - Ideam 2017.