lunes, 24 de junio de 2019

Quebrando el espíritu


Por: Claudia Torres Arango*

Según la Fundación Ideas para la Paz, en los ocho primeros meses del 2018 fueron asesinados 93 líderes sociales en Colombia. Mientras en el 2000 treinta líderes murieron y en el 2017 la cifra ascendió a 50. El 52% de las agresiones del 2018 se relacionaron con activistas comunitarios indígenas y campesinos. No obstante en el 58% de los casos no se determinó el culpable y el 35% los señalamientos recayeron sobre grupos criminales y grupos armados ilegales. Lo anterior da mérito para pensar en las causas profundas que llevan a doblegar el espíritu de las personas, a través del ejercicio ilegal del poder, cuando los corruptos se incomodan. Esta situación también se extiende a periodistas y sacerdotes, cuando en el ejercicio de su labor dicen la verdad.

En un evento en homenaje a los líderes sociales asesinados, dijo el Padre Francisco de Roux que, “En otros países, en otros lugares de la tierra, estas mujeres y estos hombres serían héroes nacionales. Aquí los matamos” (1), se refería a quienes perdieron su vida porque “no transigían cuando la justicia era soslayada, cuando el Estado o cualquier organismo de cualquier clase se opusiese contra la justicia” (1); pero también hay otra clase de muerte. La del derecho a ejercer la civilidad, causada por la violencia que quiebra el espíritu, que busca acallar la voz, pretendiendo sirva de escarmiento a quién se oponga a aquellos que ostentando el poder, se lucran de los bienes comunes.

Algunos, sean hombres o mujeres, siempre parecen tener allanado el camino, así su nivel de educación no sea relevante, tengan o no una posición de autoridad, pero con sus estrategias poco éticas, logran que otros retrocedan y cedan sus derechos ante ellos. Dice John Bevere al aludir a dichos manipuladores que “Han aprendido a usar la intimidación para su beneficio” (2), para referirse a quienes ejercen el poder por medio del temor. No son pocos quienes así actúan, desde dirigentes mundiales, hasta empresarios o personas, que en cualquier posición, gustan de avasallar a los demás.

La piedra en el zapato. Por Matador, en http://pacifista.co/

Para abatir a quienes impulsan causas sociales o ambientales, aquéllos, en nombre del desarrollo y con la complicidad del temor de los desinformados o del apetito de quienes se seducen por el dinero, califican a los ecologistas y gestores culturales con remoquetes que se utilizan como peyorativos, tildándolos de izquierdistas, socialistas, comunistas, mamertos, revolucionarios, y todo esto dentro de una retórica que sólo pretende acallar el legítimo derecho a expresar las ideas, y oponerse, cuando los intereses comunes están siendo vulnerados y la ley violada en beneficio propio. Las consecuencias de estos señalamientos en el país, se está pagando con la vida sin que hagamos nada. De las víctimas, una vez hecho el daño, dice el Padre de Roux para los que han caído que “Eran seres protagónicos y esto sí que incomoda a un Estado que no es democrático”.

Para quebrar el espíritu se prestan algunos actores que tienen acceso a medios de comunicación, quienes sirviendo de caja de resonancia a los intereses económicos, políticos y culturales, manipulan, tergiversan o sesgan la información, para mantener beneficios, simpatías y otras prebendas, aunque otros, en el ejercicio de u periodismo cívico, casi en solitario conservan la objetividad presentando el abanico de argumentos y razones de las partes. Para intimidar quienes detentan el poder para usufructuar de forma ilegal el patrimonio común, utilizan varios métodos: desde la judicialización, hasta las amenazas, pasando por el deterioro de la imagen, que en manos de fanáticos se puede traducir en la muerte.

Bien dice el Padre Francisco  que “tenemos que comprender los patrones, los comportamientos que han dado lugar a estas barbaries y más allá: penetrar en las profundas razones económicas, políticas, culturales, y conocer la historia que nos llevó a esta realidad”. También cabe preguntarse sobre el papel que ejerce la educación desde la familia y el colegio, hasta la sociedad que permite, favorece o induce, a que este tipo de comportamientos se presenten y persistan, cuando siempre se ha dicho que el hombre tiene la capacidad de perfeccionarse y de ser mejor, lo que no ocurre con otras especies que nos acompañan en el planeta y en especial con las que dado su suave carácter, al ser domesticadas, pueden alegrarnos la vida como mascotas.

Referencias

1. Roux, Padre Francisco de. En otros países serían héroes nacionales. Aquí los matamos. Bogotá. : https://www.semana.com/nacion/articulo/en-otros-paises-serian-heroes-nacionales-aqui-los-matamos., 7 de junio de 2018.
2. Bevere., John. Quebrando la intimidación. Estados Unidos : Casa creación., 1999. ISBN 978-0-88419-603-17..

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* Administradora de Empresas, Profesora de los Contextos de CTS y Astronomía en la U.N. de Colombia y Socia de la SMP de Manizales 
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