viernes, 3 de junio de 2022

La amenaza climática: el gran desafío

 

La amenaza climática: el gran desafío

Por: Claudia Torres Arango*

El cambio climático es la mayor amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta a la que nos enfrentamos: sequías, inundaciones y demás eventos extremos que esperan, obligan a preguntarnos no sólo sobre sus causas y consecuencias, sino también a examinar sus alcances espaciales y las políticas públicas, estrategias y acciones a implementar, dado que en la última década y a nivel global, cada año entre 200 y 300 millones de personas han resultado damnificadas, por desastres naturales o antrópicos. La aceleración de los desastres climáticos, la disminución de recursos vitales por degradación o agotamiento y una población mundial en incesante aumento, constituyen los elementos de un cóctel explosivo que requiere otra gobernanza para evitar la violencia, garantizar la paz y la seguridad en el planeta.

Imagen: Cambios en la temperatura de la superficie global (línea superior) y la energía del Sol que recibe la Tierra (línea inferior) en vatios por metro cuadrado, desde 1880. Fuente: Climate.nasa.gov

Luego de la revolución industrial del siglo XIX, como consecuencia de las actividades humanas en especial por la quema de combustibles fósiles, como carbón, petróleo y gas, y en menor medida por la deforestación para propósitos agrícolas, para la industria y para otras actividades humanas, se ha incrementado la concentración de gases de efecto invernadero que cubren la Tierra y retienen el calor del sol, razón por la cual  el mundo se está calentando más rápidamente que en cualquier otro momento de la historia. Los gases que contribuyen a incrementar el invernadero natural, incluyen: vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), metano, óxido nitroso, y clorofluorocarbonos (CFC).

Sabemos que  la vida en el planeta, depende de la energía radiante proveniente del Sol; de ella, cerca de la mitad que llega a la atmósfera de la Tierra, pasa a través del aire y las nubes, hasta alcanzar la superficie, donde se absorbe y luego se irradia reflejándose hacia arriba en forma de calor infrarrojo. Pero si alrededor del 90% de esa radiación térmica es absorbido por los gases de efecto invernadero, el calor se irradia de nuevo retornando a la superficie del planeta, razón por la cual, los científicos atribuyen la tendencia del calentamiento global que se ha intensificado desde mediados del siglo XX, a la amplificación humana del efecto invernadero.

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Los acuerdos para mitigar el cambio climático

Luego de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, donde hubo un consenso internacional a la hora de abordar el problema del calentamiento global, se creó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que fue firmada inicialmente por 166 países y que entró en vigor el 21 de marzo de 1994. A lo largo de las sucesivas Conferencias de las Partes -conocidas como COP- se han introducido nuevos elementos en la arquitectura internacional de las negociaciones sobre este problema, como instrumento ratificado por 197 países, para afrontar retos concretos como la financiación de la mitigación y la adaptación al cambio climático o la transferencia tecnológica.

Inicialmente el Protocolo de Kioto, primer compromiso a nivel global para poner freno a las emisiones responsables del calentamiento global, donde la puesta en práctica de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fue un acuerdo internacional que tuvo por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero. Pero aunque el protocolo fue firmado el 16 de marzo de 1998, y logró establecer metas vinculantes de reducción de las emisiones para 37 países y la Unión Europea (UE), reconociendo implícitamente que, en 1997, eran los principales responsables de los elevados niveles de emisiones de gases de efecto invernadero-GEI en la atmósfera, su entrada en vigor no se produjo hasta el 16 de febrero de 2005.

Posteriormente, el 12 de diciembre de 2015 se aprobó el texto del Acuerdo de París, un pacto con fuerza legal que contiene todos los elementos necesarios para construir una estrategia mundial de lucha contra el cambio climático para el periodo post 2020, donde se establece el objetivo de limitar el incremento global de la temperatura por debajo de los 2°C a finales de siglo, respecto a los niveles de la era preindustrial, dejó la puerta abierta para ampliar este objetivo hasta los 1,5°C. La adopción del Acuerdo de París representa uno de los mayores logros de los últimos años del multilateralismo, pues por primera vez en la historia se alcanzó un acuerdo universal y jurídicamente vinculante que permite unir esfuerzos para resolver los retos asociados al cambio climático.

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 Y Colombia, qué…

En Colombia hay cinco efectos visibles que demuestran como el calentamiento global está atacando con fuerza: el derretimiento de los glaciares, tal cual lo advertimos desde Manizales, al observar la pérdida de los hielos en el Ruiz y el Santa Isabel; el blanqueamiento de corales, aunque en el Caribe el fenómeno que ocurre entre Cartagena y Santa Marta, y se asocia a la sedimentación del Magdalena; la pérdida de playas y erosión costera que en 2001 amenazaba al 1,7% de la población del país, poniendo en riego el 1,5% del PBI Nacional según INVEMAR; y los eventos extremos que han abatido la geografía nacional, entre ellos los de la Niña 2010-2011, con 30 cabeceras municipales como Gramalote, demandando su reasentamiento.

Imagen Zonas que al 2100 estarán afectadas por el cambio climático en Colombia. La Republica.

De conformidad con el informe Nuevos Escenarios de Cambio Climático para Colombia 2011-2100 presentado por el IDEAM en 2015, la temperatura promedio en Colombia para 2100 sería 2,14°C mayor a la actual. Los departamentos más afectados por la falta de humedad, con lo cual se perjudicarían cultivos como los de palma, yuca y algodón, y resultaría perjudicada la ganadería, serían los de la Costa Caribe (Bolívar, Cesar, La Guajira, Magdalena y Sucre). Pero no solo la falta de lluvias afectaría a las regiones productoras, sino que también una excesiva abundancia de precipitaciones, se presentará en el Eje Cafetero, Tolima y Huila generando además de riesgos hidrogeológicos  problemas fitosanitario en zonas cafeteras.

Dado que Colombia es un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, para el Estado colombiano, las principales herramientas de política pública son: Ley 1931 de 2018 por la cual se establecen directrices para la gestión del cambio climático; la Política Nacional de Cambio Climático; la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono, y el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Además, en 2015 Colombia presentó ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), a través de la cual se comprometió a reducir en un 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero, respecto al nivel proyectado para el 2030, con posibilidad de aumentar su compromiso a 30% con apoyo de la cooperación internacional.

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¿Y en la región y la ciudad?

En documentos del socio Gonzalo Duque Escobar, publicados en el repositorio de la Comisión de Medio Ambiente (2022) de nuestra Sociedad de Mejoras Públicas-SMP, se presentan los conflictos ambientales de Manizales asociados a la vulnerabilidad de las laderas y las causas que los explican, como son el mercado del suelo y falta de planeación, al lado de un modelo expansionista que presiona la estructura ecológica con el uso del suelo, y cuyas consecuencias son la ocurrencia de eventos hidrogeológicos asociados al cambio climático repitiéndose con desastres que facturan pasivos ambientales, en especial sobre sectores populares.

Imagen: Plan de Acción Institucional PAI (2016 – 2019) CORPOCALDAS.

El plan de Corpocaldas para enfrentar el cambio climático  considera: “1- resolver las disrupciones de un modelo productivo, que además de explicar la potrerización de nuestro deforestado territorio, atenta contra su estructura ecológica; 2- consolidar a Manizales como ciudad élite en la gestión del riesgo, si es que la administración municipal le apuesta a continuar un programa piloto sin precedentes en América Latina; 3- expandir figuras de conservación para viabilizar la preservación de frágiles ecosistemas estratégicos, en áreas críticas de nuestro territorio; 4- planificar el patrimonio hídrico superficial y subterráneo para viabilizar una gestión eficiente de sus potencialidades, sin comprometer la seguridad del suministro de agua; y 5- hacer de la investigación y educación ambiental estrategias fundamentales, para la apropiación del territorio y la sustentabilidad del hábitat”.

Para Duque Escobar, la conclusión que de allí se saca es que, aunque se puede hacer una lectura favorable de esa gestión estratégica de Corpocaldas, “mientras en Manizales no avancemos en la adaptación al cambio climático empleando procesos de planeación participativa y no recuperemos como zonas de protección las frágiles laderas del medio periurbano y sus cauces, dadas sus funciones fundamentales como relictos del medio natural de soporte al hábitat, los avances en gestión del riesgo, pese a la red de monitoreo hidrometeorológico, de un sistema de alerta temprana, de los desarrollos tecnológicos para el control de la erosión y de otros haberes institucionales, aunque necesarios e importantes son todavía insuficientes”, dado que se debe avanzar hacia una gestión del riesgo que incluya la vulnerabilidad socio-ambiental.

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*Claudia Torres Arango. Profesora de los cursos de Contexto de CTS y de Astronomía de la Universidad Nacional de Colombia. Manizales, junio 8 de 2022.

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Bibliografía:

Adaptación del territorio al Cambio Climático: REPOSITORIO. Comisión de Medio Ambiente de la SMP Manizales 2022.

Medidas de adaptación y mitigación frente al cambio climático en América Latina y el Caribe: Una revisión general. Luis Sánchez y Orlando Reyes (2015) CEPAL.

Plan Maestro de Erosión Costera. Ministerio del Medio Ambiente, Colombia. 2018.

La variabilidad climática y el cambio climático en Colombia. IDEAM-U. Nal. Bogotá, 2018.

Océanos: ecosistemas vitales amenazados. Claudia Torres Arango y Gonzalo Duque-Escobar; Profesores de los cursos de Contexto de CTS y de Astronomía de la Universidad Nacional de Colombia. Manizales, junio 8 de 2022.

Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. DPN de Colombia, 2016.

Protocolo de Kioto: situación actual y perspectivas. WWF. En CEIDA. Consultado en Mayo de 2022.

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