Por Gonzalo Duque-Escobar
Loable la observación de cometas, asteroides y planetas extrasolares que con frecuencia reportan Alberto Quijano y Mario Rojas desde el Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño en Pasto, y que todos los astrónomos de Colombia reconocen como un trabajo importante que merece nuestra admiración. Aún más: este mérito surge de que dichas observaciones que se logran con reconocidas limitaciones instrumentales, gracias a mucho esfuerzo y a una técnica observacional depurada, ponen en alto el nombre del país al ser publicadas en medios científicos internacionales, especializados en el tema.
Pero también preocupa las consecuencias de afirmaciones reiteradas en la prensa a nivel nacional, que mal ponderan esta importante actividad al magnificarla, y de pronto al no aclararlas en su momento subrayándole al periodista bien intencionado la esencia y alcance de un trabajo bien soportado en observaciones de calidad que tienen carácter científico en su intensión, para prevenir que se señale en su defecto y erróneamente descubrimientos de objetos en el cielo ya descubiertos, redescubrimientos de cuerpos celestes que no se han perdido o avales astronómicos que en este caso no cumplen esa función frente a terceros.
Es que las consecuencias de semejantes yerros, además de generar desprestigio para la Astronomía Colombiana entre los entendidos, tampoco son buenas para el desarrollo de la actividad científica de un país, en el que la ciencia intenta surgir en medio de penurias, cuando el folklore de la prensa resuelve eclipsar nuestras reales carencias y valiosos aportes, con expresiones grandilocuentes como “somos los primeros en…, “tenemos la mejor de…, “nadie nos iguala al,...” desconociendo así las verdaderas limitaciones para obtener logros como los que falsamente se le confieren a la limitada capacidad científica de la Nación.
Desde el OAM, Ed. Circular Rac 507
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales/
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