La
amenaza climática: el gran desafío
Por: Claudia Torres Arango*
El cambio climático es la mayor amenaza para
el bienestar de la humanidad y la salud del planeta a la que nos enfrentamos:
sequías, inundaciones y demás eventos extremos que esperan, obligan a
preguntarnos no sólo sobre sus causas y consecuencias, sino también a examinar
sus alcances espaciales y las políticas públicas, estrategias y acciones a
implementar, dado que en la última década y a nivel global, cada año entre 200
y 300 millones de personas han resultado damnificadas, por desastres naturales
o antrópicos. La aceleración de los desastres climáticos, la disminución de
recursos vitales por degradación o agotamiento y una población mundial en
incesante aumento, constituyen los elementos de un cóctel explosivo que
requiere otra gobernanza para evitar la violencia, garantizar la paz y la
seguridad en el planeta.
Imagen:
Cambios en la temperatura de la superficie global (línea superior) y la energía
del Sol que recibe la Tierra (línea inferior) en vatios por metro cuadrado,
desde 1880. Fuente: Climate.nasa.gov
Luego de la revolución industrial del siglo
XIX, como consecuencia de las actividades humanas en especial por la quema de
combustibles fósiles, como carbón, petróleo y gas, y en menor medida por la
deforestación para propósitos agrícolas, para la industria y para otras
actividades humanas, se ha incrementado la concentración de gases de efecto invernadero
que cubren la Tierra y retienen el calor del sol, razón por la cual el mundo se está calentando más rápidamente
que en cualquier otro momento de la historia. Los gases que contribuyen a
incrementar el invernadero natural, incluyen: vapor de agua, dióxido de carbono
(CO2), metano, óxido nitroso, y clorofluorocarbonos (CFC).
Sabemos que la vida en el planeta, depende de la energía radiante
proveniente del Sol; de ella, cerca de la mitad que llega a la atmósfera de la
Tierra, pasa a través del aire y las nubes, hasta alcanzar la superficie, donde
se absorbe y luego se irradia reflejándose hacia arriba en forma de calor
infrarrojo. Pero si alrededor del 90% de esa radiación térmica es absorbido por
los gases de efecto invernadero, el calor se irradia de nuevo retornando a la
superficie del planeta, razón por la cual, los científicos atribuyen la
tendencia del calentamiento global que se ha intensificado desde mediados del
siglo XX, a la amplificación humana del efecto invernadero.
***
Los acuerdos
para mitigar el cambio climático
Luego de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en
1992, donde hubo un consenso internacional a la hora de abordar el problema del
calentamiento global, se creó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático, que fue firmada inicialmente por 166 países y que entró en
vigor el 21 de marzo de 1994. A lo largo de las sucesivas Conferencias de las
Partes -conocidas como COP- se han introducido nuevos elementos en la
arquitectura internacional de las negociaciones sobre este problema, como
instrumento ratificado por 197 países, para afrontar retos concretos como la
financiación de la mitigación y la adaptación al cambio climático o la transferencia
tecnológica.
Inicialmente el Protocolo de Kioto, primer
compromiso a nivel global para poner freno a las emisiones responsables del
calentamiento global, donde la puesta en práctica de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fue un acuerdo internacional que tuvo
por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero. Pero aunque
el protocolo fue firmado el 16 de marzo de 1998, y logró establecer metas
vinculantes de reducción de las emisiones para 37 países y la Unión Europea
(UE), reconociendo implícitamente que, en 1997, eran los principales
responsables de los elevados niveles de emisiones de gases de efecto
invernadero-GEI en la atmósfera, su entrada en vigor no se produjo hasta el 16
de febrero de 2005.
Posteriormente, el 12 de diciembre de 2015
se aprobó el texto del Acuerdo de París, un pacto con fuerza legal que contiene
todos los elementos necesarios para construir una estrategia mundial de lucha
contra el cambio climático para el periodo post 2020, donde se establece el
objetivo de limitar el incremento global de la temperatura por debajo de los 2°C
a finales de siglo, respecto a los niveles de la era preindustrial, dejó la
puerta abierta para ampliar este objetivo hasta los 1,5°C. La adopción del
Acuerdo de París representa uno de los mayores logros de los últimos años del
multilateralismo, pues por primera vez en la historia se alcanzó un acuerdo
universal y jurídicamente vinculante que permite unir esfuerzos para resolver
los retos asociados al cambio climático.
***
Y Colombia, qué…
En Colombia hay cinco efectos visibles que
demuestran como el calentamiento global está atacando con fuerza: el
derretimiento de los glaciares, tal cual lo advertimos desde Manizales, al
observar la pérdida de los hielos en el Ruiz y el Santa Isabel; el
blanqueamiento de corales, aunque en el Caribe el fenómeno que ocurre entre
Cartagena y Santa Marta, y se asocia a la sedimentación del Magdalena; la pérdida
de playas y erosión costera que en 2001 amenazaba al 1,7% de la población del
país, poniendo en riego el 1,5% del PBI Nacional según INVEMAR; y los eventos
extremos que han abatido la geografía nacional, entre ellos los de la Niña
2010-2011, con 30 cabeceras municipales como Gramalote, demandando su reasentamiento.
Imagen Zonas que al 2100 estarán afectadas por el cambio climático en Colombia. La Republica.
De conformidad con el informe Nuevos
Escenarios de Cambio Climático para Colombia 2011-2100 presentado por el IDEAM
en 2015, la temperatura promedio en Colombia para 2100 sería 2,14°C mayor a la
actual. Los departamentos más afectados por la falta de humedad, con lo cual se
perjudicarían cultivos como los de palma, yuca y algodón, y resultaría perjudicada
la ganadería, serían los de la Costa Caribe (Bolívar, Cesar, La Guajira,
Magdalena y Sucre). Pero no solo la falta de lluvias afectaría a las regiones
productoras, sino que también una excesiva abundancia de precipitaciones, se
presentará en el Eje Cafetero, Tolima y Huila generando además de riesgos
hidrogeológicos problemas fitosanitario
en zonas cafeteras.
Dado que Colombia es un país altamente
vulnerable a los efectos del cambio climático, para el Estado colombiano, las
principales herramientas de política pública son: Ley 1931 de 2018 por la cual
se establecen directrices para la gestión del cambio climático; la Política
Nacional de Cambio Climático; la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono, y el
Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Además, en 2015 Colombia
presentó ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, su
Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), a través de la cual se
comprometió a reducir en un 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero,
respecto al nivel proyectado para el 2030, con posibilidad de aumentar su
compromiso a 30% con apoyo de la cooperación internacional.
***
¿Y
en la región y la ciudad?
En documentos del socio Gonzalo Duque Escobar,
publicados en el repositorio de la Comisión de Medio Ambiente (2022) de nuestra
Sociedad de Mejoras Públicas-SMP, se presentan los conflictos ambientales de
Manizales asociados a la vulnerabilidad de las laderas y las causas que los
explican, como son el mercado del suelo y falta de planeación, al lado de un
modelo expansionista que presiona la estructura ecológica con el uso del suelo,
y cuyas consecuencias son la ocurrencia de eventos hidrogeológicos asociados al
cambio climático repitiéndose con desastres que facturan pasivos ambientales,
en especial sobre sectores populares.
Imagen:
Plan de Acción Institucional PAI (2016 – 2019) CORPOCALDAS.
El plan de Corpocaldas para enfrentar el
cambio climático considera: “1- resolver
las disrupciones de un modelo productivo, que además de explicar la
potrerización de nuestro deforestado territorio, atenta contra su estructura
ecológica; 2- consolidar a Manizales como ciudad élite en la gestión del
riesgo, si es que la administración municipal le apuesta a continuar un
programa piloto sin precedentes en América Latina; 3- expandir figuras de
conservación para viabilizar la preservación de frágiles ecosistemas
estratégicos, en áreas críticas de nuestro territorio; 4- planificar el
patrimonio hídrico superficial y subterráneo para viabilizar una gestión
eficiente de sus potencialidades, sin comprometer la seguridad del suministro
de agua; y 5- hacer de la investigación y educación ambiental estrategias
fundamentales, para la apropiación del territorio y la sustentabilidad del
hábitat”.
Para Duque Escobar, la conclusión que de allí
se saca es que, aunque se puede hacer una lectura favorable de esa gestión
estratégica de Corpocaldas, “mientras en Manizales no avancemos en la
adaptación al cambio climático empleando procesos de planeación participativa y
no recuperemos como zonas de protección las frágiles laderas del medio
periurbano y sus cauces, dadas sus funciones fundamentales como relictos del
medio natural de soporte al hábitat, los avances en gestión del riesgo, pese a
la red de monitoreo hidrometeorológico, de un sistema de alerta temprana, de
los desarrollos tecnológicos para el control de la erosión y de otros haberes
institucionales, aunque necesarios e importantes son todavía insuficientes”,
dado que se debe avanzar hacia una gestión del riesgo que incluya la
vulnerabilidad socio-ambiental.
...
*Claudia Torres Arango. Profesora de los cursos de Contexto de CTS y de Astronomía de la Universidad Nacional de Colombia. Manizales, junio 8 de 2022.
Bibliografía:
Adaptación
del territorio al Cambio Climático: REPOSITORIO. Comisión de Medio Ambiente
de la SMP Manizales 2022.
Medidas
de adaptación y mitigación frente al cambio climático en América Latina y el
Caribe: Una revisión general. Luis Sánchez y Orlando Reyes (2015) CEPAL.
Plan
Maestro de Erosión Costera. Ministerio del Medio Ambiente, Colombia. 2018.
La variabilidad climática y el cambio climático en Colombia. IDEAM-U. Nal. Bogotá, 2018.
Plan
Nacional de Adaptación al Cambio Climático. DPN de Colombia, 2016.
Protocolo
de Kioto: situación actual y perspectivas. WWF. En CEIDA. Consultado en
Mayo de 2022.
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