domingo, 25 de mayo de 2014

LA OBRA DE MARIE NDIAYE: TRES MUJERES, TRES PODERES

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http://blogs.elespectador.com Por: cultura


Por: Maria Paz Guerrero
Marie Ndiaye, la  ganadora del premio más prestigioso de la literatura francesa en Noviembre de 2009, el Goncourt, escribe por primera vez una novela donde aborda la problemática de los africanos en Francia. Este espinoso tema revela las fricciones actuales de la sociedad francesa con los países africanos antiguamente colonizados.    
 Marie Ndiaye tiene un apellido senegalés, es negra y se considera francesa. Aún si Ndiaye nació en los suburbios de París y es una intelectual prestigiosa que hace parte del repertorio de la Comedia Francesa, teatro fundado por Luis XIV, no ha podido deshacerse del rótulo de escritora “africana” como ella misma lo dice: “la única cosa que cambia cuando uno tiene un origen africano es que uno es negro, es visible. Pero es todo (…) yo me crié en un universo ciento por ciento francés.”
La polémica
Esta mirada sobre la identidad de Ndiaye es un ejemplo y una consecuencia de la relación problemática que hay actualmente entre las ex colonias africanas y la metrópoli francesa. Estas fricciones dan pie para que los intelectuales se pronuncien sobre los problemas ideológicos y las políticas de inmigración recientemente modificadas. De ahí que Ndiaye se exiliara de Francia en el año 2007 a Berlín cuando Sarkozy fue elegido presidente de su país. Además, un mes antes de ganarse el premio Goncourt,  en Octubre de 2009, la escritora afirmó en la revista Les Inrokuptibles “ Me parece que esta Francia es monstruosa. Encuentro detestable esta atmósfera policíaca (…)”. Se trata de la Francia de Nicolas Sarkozy en la que fue creado un ministerio de la Inmigración y de la Integración con el fin de  preservar la identidad nacional francesa de la ola migratoria tanto de los antiguos países africanos colonizados como del resto del planeta, entre otros. 
Esta crítica frontal por parte de la escritora dio pie a una polémica en el partido del actual presidente, Unión por un Movimiento Popular, UMP.  El diputado UMP del departamento de Seine Saint-Denis, Eric Roualt,  le reclamó al ministro de Cultura, después de haber atendido las protestas de Ndiaye, que los galardonados del Goncourt deben “guardar reservas” por su calidad de representantes de las letras francesas. Inmediatamente esta afirmación fue puesta en entredicho por miembros del partido UMP y por uno de los jurados del galardón, recordando que la libertad de expresión es un derecho fundamental de la República Francesa.


La obra
Con la novela “Tres mujeres fuertes” Ndiaye construye una obra cuya complejidad va más allá de toda reivindicación ideológica. Si bien la polémica dio a conocer masivamente a la nueva ganadora del Goncourt, su novela  ya venía siendo un éxito editorial con 140.000 ejemplares y diez reimpresiones en la prestigiosa editorial Gallimard. Este libro consta de tres relatos que corresponden a las historia de tres mujeres que viven entre Senegal y Francia. Aún si el propósito de Ndiaye no es relatar las condiciones de los ex colonizados en la metrópoli, los personajes en esta novela atraviesan la dureza de una vida partida en dos entre Africa y Francia que los lleva a una esquizofrenia geográfica y cultural.    
El tema de la novela es el poder y sin embargo las tres protagonistas viven la dureza de la cotidianeidad parisina, de un matrimonio mediocre, de la pobreza extrema, incluso de la necesidad de huir del continente africano en una barca. Cada personaje se ve confrontado al sin sentido de la vida que se desprende no de grandes situaciones sino de  los actos repetitivos que le dan un ritmo a la cotidianeidad, cuando preparan el desayuno para la familia o cuando van manejando al trabajo.
Así, el poder en “Tres mujeres fuertes” no es algo que se entregue de manera evidente, es más bien algo que se construye en un trasfondo sutil, casi escondido. La fortaleza de estas mujeres se potencia justo en el lugar donde se encuentra su absoluta fragilidad. 
Es así como Ndiaye entrega una novela en la que cada personaje vive al ritmo de su interioridad en un estudio pausado, de lentas circunvoluciones, de su debilidad. La escritora busca acercarse con precisión a la violencia de las emociones y de los recuerdos a través de frases largas en las que abundan los complementos y las comas: “Con una desesperación de niño, quiso deshacerse de ese sueño interminable, ese sueño monótono y frío en el cual Fanta lo iba a dejar, porque él se lo hubiera, sin poder acordarse de ello, en cierta medida, ordenado, mientras que nada más horrible podría ocurrirle –lo sabía-, no es así, porque ella ya lo había hecho, ya había intentado hacerlo, ¿no es cierto Rudy Descas?” (traducción libre) 
 Nada es absoluto en este relato, las situaciones son cambiantes, los personajes experimentan la cohabitación de la amistad y del engaño, el crimen aparece como una  posibilidad  de salvación y cometerlo como un acto placentero.
Sin caer en reivindicaciones de género, lo que sucede en este libro se teje en una escritura envolvente, que se va desplegando en ondulaciones, como una espiral.  Por lo anterior y por los ecos que construye sutilmente entre los tres relatos independientes, es que cuando Marie Ndiaye presenta su novela dice que quiso escribir una “novela como una obra musical”.

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